Sufre el corazón romántico la presión de las emociones salvajes, de las palabras de amor no expresadas, la ansiedad del sentimiento que bulle en su interior y lo desborda, tan cerca y, sin embargo, tan lejos, que es a la vez la más dura de las contradicciones y la más dulce de las torturas. Levantar la lanza, clavarla sin barreras en mi cuerpo, y dejar en la tumba de esperanzas un epitafio de derrota por amor. Entonces, crezco como retama ardiendo, no queda fuego donde sepultarme ni tierra en la que arder eternamente. Nada queda, sólo humo que aspira sin piedad las horas en que no estamos juntos, separados sin más por el espacio, el tiempo Decía Neruda:.. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso…
Mientras Leda, esposa del rey de Esparta Tindáreo, se bañaba en un estanque cercano al rio Eurotas, fue seducida y poseida por un cisne de resplandeciente blancura que argüía ser perseguido por un águila. Ese cisne era Zeus, que con este engaño conquistó a Leda sin levantar sospechas. Como esa misma noche yaciera con su esposo, más tarde dio a luz dos huevos. En uno de ellos estaban Helena y Pólux (hijos de Zeus y por tanto inmortales), y en el otro Cástor y Clitemnestra (mortales, hijos del rey espartano). Cástor y Pólux, gemelos, llegarán a ser los célebres Dioscuros (Διόσκουροι).
Pequeña aunque yo sea oca, me encantaría darte dulzura.
ResponderEliminarSufre el corazón romántico la presión de las emociones salvajes, de las palabras de amor no expresadas, la ansiedad del sentimiento que bulle en su interior y lo desborda, tan cerca y, sin embargo, tan lejos, que es a la vez la más dura de las contradicciones y la más dulce de las torturas. Levantar la lanza, clavarla sin barreras en mi cuerpo, y dejar en la tumba de esperanzas un epitafio de derrota por amor.
ResponderEliminarEntonces, crezco como retama ardiendo, no queda fuego donde sepultarme ni tierra en la que arder eternamente. Nada queda, sólo humo que aspira sin piedad las horas en que no estamos juntos, separados sin más por el espacio, el tiempo
Decía Neruda:.. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso…