sábado, 3 de enero de 2009

Maldito sábado

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Leda con su cisne
Vladimir Kibalchich Rusakov
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Sin dulzura...

2 comentarios:

  1. Pequeña aunque yo sea oca, me encantaría darte dulzura.

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  2. Sufre el corazón romántico la presión de las emociones salvajes, de las palabras de amor no expresadas, la ansiedad del sentimiento que bulle en su interior y lo desborda, tan cerca y, sin embargo, tan lejos, que es a la vez la más dura de las contradicciones y la más dulce de las torturas. Levantar la lanza, clavarla sin barreras en mi cuerpo, y dejar en la tumba de esperanzas un epitafio de derrota por amor.
    Entonces, crezco como retama ardiendo, no queda fuego donde sepultarme ni tierra en la que arder eternamente. Nada queda, sólo humo que aspira sin piedad las horas en que no estamos juntos, separados sin más por el espacio, el tiempo
    Decía Neruda:.. Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
    Yo la quise, y a veces ella también me quiso…

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