domingo, 30 de octubre de 2011

El clítoris de Leda


Etimológicamente (kleotoris) significa pequeña montaña en griego antiguo. Según la Wiki fue reintroducido el término durante el Renacimiento, es decir, durante la Edad Media el término fue olvidado. Aunque tiene otros antecedentes, nos tomamos el atrevimiento para citar solo a Renal Columbus, un poético y sabio profesor de cirugía de la Universidad de Padua, quien en el libro De re anatomica (1559) -sobre la cosa anatómica o sobre la anatomía- lo menciona y describe como "la sede del placer femenino" y se permite su licencia poética y mitológica: "como nadie ha descubierto estos detalles y su propósito, si se permite que le dé nombres a cosas que descubro debería ser llamado el amor o la dulzura de Venus".

Pues la dulce Venus, como diosa del amor y la belleza, esparce su amor entre dioses, diosas, hombres y mujeres -por algo Júpiter no quiso decidir en el juicio para la manzana de la Discordia- y como fue su gran aliada en sus escarceos, cuernos, amantazgos y amoríos, potencia todas las cualidades del Dios... Entonces, no nos queda nada más que imaginar que un pico protegido por Venus y que entra en la cuna del placer femenino es la metáfora hiperbólica del placer ... por algo -pues por clítoris?- Leda no pudo olvidar a su olímpico Cisne...


Horst Janssen


Francoise Boucher


Alicia Arlanda


Aat Veldhoen


Tim Zenke


sábado, 29 de octubre de 2011

Leda con otros III


Leda, nuestra Leda en la mente y en la imaginería de nuestros contemporáneos autores, a veces, sólo a veces, se comporta como el Cisne... acá otra muestra de nuestra Leda con otros. Echamos de menos una Leda con Tindáreo, pero sólo por puro morbo...


Mari Lula



Manuela Hinkeldey



Omar Rayya

viernes, 28 de octubre de 2011

En la Luna de Leda de algún poema suelto


Soneto Lunario

Miguel Hernández

Echa la luna, en pandos aguaceros,
vahos de luz, que los árboles azulan
desde el éter goteado de luceros.
…En las eras, los grillos estridulan
Con perfumes armónicas, pululan
por las brisas por el campo.

En los senderos
verdean los lagartos y se
ondulan
y silban los reptiles traicioneros
oigo un rumor de pasos…
-¿quién se acerca?
¡Desnuda una mujer!
Su serenata
quiebra el grillo
El lagarto huye.
Se enrolla
el silbeante reptil.

Y en una alberca
-arcón donde la luna es tul de plata-
cae la Leda lunar como una joya.

Bianca Consiglio



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Miguel Hernández. Poeta telúrico y universal, campesino y militante, nació en Orihuela en 1910. Desempeñó entre otros oficios, el de pastor de cabras. Guiado por Ramón Sijé, se inició en la poesía desde los veinte años; publicó su primer libro «Perito en lunas» en 1933 y posteriormente, los sonetos agrupados en «El rayo que no cesa», marcaron la experiencia amorosa del poeta. Durante la guerra civil militó muy activamente en el bando republicano como Comisario de Cultura. De su compromiso militante surgen muchos problemas. Su amigo Cossío se ofreció a acoger al poeta en Tudanca, pero este decidió volver a Orihuela, donde corría peligro, por lo que decidió irse a Sevilla pasando por Córdoba, con la intención de cruzar la frontera de Huelva. La policía de Salazar lo entregó a la Guardia Civill. Cuando está en prisión su mujer, Josefina Manresa, le envía una carta que dice que sólo tenía pan y cebolla para comer; el poeta compone en respuesta las "Nanas de la cebolla". Desde la cárcel de Sevilla lo trasladaron al penal de la calle Torrijos en Madrid (hoy calle del Conde de Peñalver), de donde, gracias a las gestiones que realizó Pablo Neruda ante un cardenal, salió en libertad inesperadamente, sin ser procesado, en septiembre de 1939. Vuelto a Orihuela, fue delatado y detenido y ya en la prisión de la plaza del Conde de Toreno en Madrid, fue juzgado y condenado a muerte en marzo de 1940. Cossío y otros intelectuales amigos, entre ellos Luis Almarcha Hernández, amigo de la juventud y vicario general de la Diócesis de Orihuela, intercedieron por él, conmutándosele la pena de muerte por la de treinta años. Fue trasladado a la prisión de Palencia en septiembre de 1940 y en noviembre al Penal de Ocaña (Toledo). En 1941 fue llevado al Reformatorio de Adultos de Alicante, donde compartió celda con Buero Vallejo. Allí enfermó. Primero bronquitis y luego tifus, que se le complicó con tuberculosis. Se cuenta que no pudieron cerrarle los ojos, hecho sobre el que Vicente Aleixandre compuso un poema. Falleció en la enfermería de la prisión alicantina a las 5:32 de la mañana del 28 de marzo de 1942, con tan sólo 31 años de edad. Fue enterrado en el nicho número mil nueve del cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, el 30 de marzo. «Cancionero y romancero de ausencias» fue su última obra. En abril, Francisco Franco declaró concluida la guerra y se había terminado de imprimir en Valencia "El hombre acecha". Aún sin encuadernar, una comisión depuradora franquista, presidida por el filólogo Joaquín de Entrambasaguas ordenó la destrucción completa de la edición. Sin embargo, dos ejemplares que se salvaron permitieron reeditar el libro en 1981. Actualmente sus restos mortales reposan en una sepultura del mismo cementerio, junto a los de su mujer Josefina Manresa y su hijo. La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo de España denegó la posibilidad de un Recurso extraordinario de revisión (aún no redactado) de la condena solicitado por la familia, al considerar que la misma fue impuesta por motivos ideológicos o políticos y que ya quedó anulada con la Ley de Memoria Histórica que declaró este tipo de condenas como radicalmente injustas e ilegítimas.

De rojo Guerrero a Leda y el Cisne



Los viernes se nos antojan rojos, por la pasión, por lo intenso, por lo esperado... es que tenemos fanatismo por el rojo y por Leda y su Cisne, al igual que el artista Antonio Guerrero, quien con su surrealismo caribeño nos invita a jugar, a deleitarnos en el rojo-pasión, a ver la vida desde la mirada de un ave, a criticar nuestras cotidianidades desde un escenario que rezuma vida, intensidad, ironía, jugueteo y crítica.

Así que en este marco de pasiones, intensidades y fines de semana que se nos antojan rojos, Antonio nos ha regalado esta roja Leda con su Cisne...

Más del artista: click






jueves, 27 de octubre de 2011

y Leda frente al puerto


Imagina que su cisne está con ella...
lo imagina mirando el mismo infinito,
llenándose los ojos de la eternidad que los une
Lo sueña junto a ella, como siempre, como nunca,
como nunca debió separarse...
Leda hasta en sueños lo espera, como luego
hará Penélope con su Ulises...
esperar en sueños,
esperar en realidades...
Pero Leda despierta y está sola... la acompaña un signo de interrogación,
con forma de Cisne...

José Garel Alvoeiro

Apoyados en Leda y su cisne


El bastón, desde la antigüedad, ha sido en unos casos símbolo de poder, en otros del oficio que se realizaba o la calidad, rango o clase social del que lo poseía. Los Babilonios, los Egipcios, los Griegos y los Romanos fueron portadores de bastones para distinguirse, en rango y señorío, del resto de los habitantes. Dependiendo de su posición siempre sería una vara de madera pero el puño podía ser de marfil, oro, hueso, bronce o de la misma madera de la vara.

En Roma existían varios tipos de bastones o varas: el augural llevado por los vates, augures o adivinos, el pastoral y la vindicta, vara con la que los amos tocaban a los esclavos para concederles la libertad.

Muchos dioses han usado bastón (skeptrom/ sceptrum) -en este caso mágicos-, tales son los casos de Odín, el caduceo de Hermes con el que cierra y abre los ojos de los mortales, el tridente de Poseidón, la lanza de Palas, etc, etc... Sin embargo, lo que nos ocupa es haber encontrado un hermoso bastón de Leda con su Cisne y pensar que mientras se camina con tan bello puño de bronce se acaricia la pasión pura, el amor y la sexualidad de esta divina pareja...














Entre dioses y cuernos: otro microcuento



Un Mélange Mitológico

Ángel Olgoso

Brama se enamoró deshonestamente de la joven Tilottama. Zeus raptó a Europa convertido eventualmente en toro y engañó a Leda, Ganímedes y Dánae transformándose, respectivamente, en cisne, águila y lluvia de oro. Shiva cometió adulterio titánicamente con más de dos mil ermitañas. Ixión satisfizo considerablemente su deseo con Néfele, nube creada por Zeus a semejanza de su esposa Hera. Prajapati le hizo el amor premeditadamente a su propia hija. Bóreas se enamoró de un grupo de yeguas jóvenes y se mudó en caballo para poder montarlas óptimamente. El Dios del viento fornicó jovialmente con una mona… ¿por qué entonces ha de abstenerse un escritor inexperto de yacer a voluntad con los adverbios acabados en mente?

Olgoso, Á. (2009). La máquina de languidecer. Madrid: páginas de Espuma

Slawjana Kola

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Ángel Olgoso. Nació en España en 1961. Filólogo. Su primer libro Los días subterráneos, La hélice entre los sargazos, Nubes de piedra, Granada, año 2039 y otros relatos, Cuentos de otro mundo, El vuelo del pájaro elefante, Los demonios del lugar, Astrolabio, La máquina de languidecer (Premio Sintagma 2009 y de la que se extrae este cuento) y Los líquenes del sueño. Relatos 1980-1995. Ha sido avalado como el maestro del microrrelato en España. Su gancho siempre ha sido sorprender al lector, conditio sine qua non en el microcuento, todo aderezado con fuertes dosis de ironía y sarcasmo.

Escribiendo con Leda



La Marca Montblanc cada año crea ediciones exclusivas inspiradas en aquellos sucesos, objetos, personajes o seres de fantasía que han impactado o impactan el mundo cultural, deportivo, religioso... en fin, los motivos tan variados como los diseñadores que en sus obras artísticas intervienen. En el 2003 la famosa marca utilizó tres motivos de inspiración: el Carnaval de Venecia, y el mundo de los seres fabulosos, y Leda y su Cisne de la mitología clásica griega. Nuestra Leda tan fina, elegante, divina y cotidiana, como siempre...















Sólo elaboran 300 plumas estilográficas, el precio todavía un secreto. De la página de Montblanc se desprende una delicada descripción sobre los materiales que utilizan:

"Los capuchones de la más fina porcelana de Meissen de esta edición están decorados con pinturas hechas a mano: el arlequín Coviello; Leda, la musa con su cisne y el León Azul de la doctrina de Buddha. Cada capuchón lleva las espadas cruzadas de la fábrica de porcelana de Meissen, así como el año de edición. El cuerpo de plaqué de oro con guilloché y el plumín de oro de 18 quilates dan a esta edición limitada un acabado de elegante delicadeza".


miércoles, 26 de octubre de 2011

Leda sin cisne de Gabriele D'Annunzio



Esta Leda sin cisne nos llega como referencia de un gran amigo. Y nos llega con sorpresa, en fragmento y con una interesante crítica de Gastón Bachelard. Publicada en 1916 es una de las obras autobiográficas de Gabriele D'Annunzio. A continuación la crítica de Bachelard y el fragmento:

Manejados por verdaderos poetas, los complejos de cultura pueden hacer olvidar sus formas convencionales, sosteniendo en ese caso imágenes que resultan verdaderas paradojas. Tal sería la figura de la Leda sin cisne de Gabriel d'Annunzio.

LA LEDA SENZA CIGNO

(fragmento)


Ahora, la Leda sin cisne estaba allí, tan lisa que ni siquiera en el hueco de la mano debía tener líneas, y realmente pulida por las aguas del Eurotas. La joven parecía recobrada y recreada en la juventud de la naturaleza y habitada por una fuente que se agitaba contra el cristal de sus ojos. Era su propia fuente, su río y su orilla, la sombra del plátano, el estremecimiento del junco, el terciopelo del musgo; los grandes pájaros sin alas la asaltaron; y en verdad que cuando ella tendía la mano hacia alguno y lo tomaba por su emplumado cuello, repetía exactamente el gesto de la hija de Thestios. El antiguo ritmo de la metamorfosis circula aún a través del mundo.


Cameron Shojaei



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Gabriele D'Annunzio fue un dramaturgo, militar y político italiano, que mejor representó el decadentismo. Apodado il Vate (es decir, «el Profeta». Escritor italiano (Pescara 1863-Gardone Riviera 1938). Fue uno de los escritores más brillantes, aparatosos y superficiales del decadentismo italiano. Escribió gran número de libros: novela, poesía y teatro. La Quimera, Elegías romanas, Odas navales, El placer, Francesco da Rimini, Elogios del cielo, del mar, de la tierra y de los héroes y Leda sin cisne son algunas de sus obras más destacadas.