viernes, 31 de julio de 2009

Leda y Oscar Wilde: sobre el arte


El crítico artista
(1981), es una obra teatral (quizás hasta parece un ensayo, en dos actos) en el que dos jóvenes, Gilbert y Ernest, entablan un diálogo platónico y debaten sobre el arte, la crítica, la función del crítico, la vida, la historia, el bien y el mal, la eternidad, el ser, en fin, el alma humana en general.
También Wilde, nos deja un guiño, pequeño, un vuelo de pájaro –que no sé si de cisne- para hablar de la superficialidad, de lo vano que resulta todo después de la muerte…

“El mundo lo hace el poeta para el que sueña”

El crítico artista
Primera parte

de Oscar Wilde


Acompañada de algunas observaciones sobre la importancia de no hacer nada GILBERT y ERNEST

Escenario: interior de una biblioteca de una casa en Piccadilly con Green Park.

Primera parte

[…]

GILBERT (Tras una pausa.).- [...] Cuando describe es un poeta. Todo el secreto consiste en eso. Era fácil, en las llanuras arenosas de Ilión, la ciudad azotada por los vientos, lanzar con el arco pintado la flecha cortada, o asestar contra el escudo de piel y cobre color llama el largo venablo de mango de fresno. Era fácil para la reina adúltera desplegar tapices de Tiro ante su señor, y cuando estaba tendido en su baño de mármol, arrojar sobre él la redecilla de púrpura y ordenar a su amante juvenil que apuñalase, atravesando la malla, aquel corazón que debería haberse partido en Aulide. […]; y Luciano nos dice cómo en la oscuridad del otro mundo vio Mempo el cráneo blancuzco de Helena y se asombró de que por tan vil despojo hubiesen muerto todos aquellos apuestos varones, de cotas de malla, y aquellas bellas ciudades quedaran derruidas. Sin embargo, todos los días la hija de Leda, parecida a un cisne, sale a las torres almenadas y contempla abajo la marea de la guerra. Los soldados de barba gris se maravillan de su belleza; ella permanece erguida junto al rey. Su amante está tendido en su estancia de marfil pintado. Bruñe su delicada armadura y peina el penacho escarlata. Su esposo va de tienda en tienda con un escudero y un paje. Puede ella ver su brillante cabellera y oír o creer oír su voz fría y clara. En el patio de honor, abajo, el hijo de Príamo se pone su coraza de bronce; los blancos brazos de Andrómaca rodean su cuello; deja él su casco en el suelo para no asustar a su hijito […]."

[…]

GILBERT.- […] ¿A quién le preocupa que mister Pater haya incluido en el retrato de Monna Lisa elementos que no había soñado Leonardo? Puede que el pintor no haya sido más que el esclavo de una sonrisa arcaica, como algunos han creído; pero cada vez que paso por las frescas galerías de Louvre y me detengo frente a esta figura extraña "sentada en su asiento de mármol, en medio de aquel círculo de rocas fantásticas, como bañada por una turbia claridad submarina", me digo en voz baja: "Es más remota que las rocas que la circundan; como el vampiro, que por haber muerto varias veces, conoce los secretos del más allá, se ha sumergido en aguas profundas y conserva a su alrededor la luz indecisa de esos parajes; ha vendido extraños tejidos con mercaderes orientales; fue, como Leda, madre de Helena de Troya, y como Santa Ana, madre de María; y todo eso le importó tan poco como la melodía de las liras y de la flauta; y sobrevive tan sólo en la delicadeza de los rasgos cambiantes y en cierto tono de los párpados y de las manos." Y yo digo a mis amigos: "El ser que de forma tan extraña surgió de las aguas reproduce el deseo del hombre durante miles de años"[…]."

Vera Lux

De esta manera, la pintura llega a ser, bajo nuestra mirada, más bella de lo que es en realidad y nos revela un secreto que ella misma desconoce, y la música de la prosa mística es tan dulce para nuestros oídos como la del flautista que prestó a los labios de la Gioconda esas curvas sutiles y envenenadas.

El crítico artista, Oscar Wilde


La obra completa: aquí

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el 16 de octubre de 1854, en Dublín nace Fingal O'Flahertie Wills, Oscar Wilde, para la posteridad. Hijo de un célebre cirujano irlandés y de una madre escritora. Cursó estudios en el Trinity College de esa ciudad. En su juventud participó en las reuniones literarias que organizaba su madre. Como estudiante en la Universidad de Oxford, destacó en el estudio de los clásicos y escribió poesía; su extenso poema Ravenna ganó el prestigioso premio Newdigate en 1878. Discípulo de Walter Pater y muy influenciado por el pintor Whistler, en 1891 publicó una serie de ensayos (Intenciones) que dieron pie a que se le considerase uno de los máximos representantes del esteticismo, cuyos aspectos más deslumbrantes y exquisitos puso de manifiesto tanto en su obra como en su vida. Oscar Wilde siempre hizo gala de un carácter excéntrico, llevaba el pelo largo y vestía pantalones de montar de terciopelo, se le conoció como uno de los integrantes del movimiento Dandy. Su primer libro fue Poemas (1881), y su primera obra teatral, Vera o los nihilistas (1882). Se estableció en Londres y, en 1884, contrajo matrimonio con una mujer irlandesa muy rica, Constance Lloyd, con la que tuvo dos hijos. Desde entonces, se dedicó exclusivamente a la literatura. Wilde quiso hacer de su vida un auténtica obra de arte, fiel a los planteamientos del estetismo finisecular y recogiendo la sensibilidad finamente decadentista de los prerrafaelistas. Logró así centrar la atención en su carácter extravagante y provocador, en el ingenio de sus convesaciones y en una amoralidad de la que hizo bandera en el conocido episodio final de su proceso y encarcelamiento por homosexualidad. En 1895, en la cima de su carrera fue acusado de sodomita por el padre de lord Alfred Douglas, el marqués de Queensberry, de sodomía. Se le declaró culpable en el juicio, celebrado en mayo de 1895, y, condenado a dos años de trabajos forzados; salió de la prisión arruinado material y espiritualmente, de allí viene su obre De profundis. Pasó el resto de su vida en París, bajo el nombre falso de Sebastian Melmoth. Se convirtió al catolicismo el 30 de noviembre de 1900, poco antes de morir. Provocador, crítico, sensible...

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