viernes, 15 de mayo de 2009

El canto del cisne, de Benito Más y Prat


El canto del cisne

de Benito Más y Prat

Fábula mitológica

- I -

En las aguas del Eurotas,
el de la margen de juncos,
cuando va a nacer la luna
canta el cisne moribundo;
tendidas tiene las alas
y los claros ojos turbios,
por eso la triste adelfa
se inclina en señal de luto.
Una flecha de Laconia
le ha herido con golpe rudo,
que se desprendió de un arco
por su desventura oculto.
Como va a dejar la vida,
da al viento su canto último,
más dulce que el de Sirena
en el piélago sañudo.
Suspensos están los céfiros,
oyendo el dulce murmurio,
y las armónicas voces
que dan música al crepúsculo.
Las cañas no se cimbrean
de los vientos al impulso,
y las cándidas palomas
se olvidan de sus arrullos.
Pájaros, aguas y flores,
oyen con encanto mudo
aquella voz saturada
con la mirra del sepulcro.
Entre las nieblas del río
se alzan al Olimpo augusto,
las notas de aquel concierto
de amor, amargura y luto.
La luna, por ver al cisne,
alzó su fanal nocturno,
y Júpiter, por oírlo,
paró de la noche el curso.
Las Nereidas y Sirenas
dejaron su alcázar húmedo,
y Venus, por más curiosa,
bajó a esconderse en los juncos.

- II -

Por la margen del Eurotas,
el de la orilla de juncos,
baja la princesa Leda ,
hija del griego Gläuco.
Va sembrando rojas flores
donde planta su coturno,
por eso, aunque pisa lirios,
no se le queja ninguno.
Una diadema de estrellas
ciñe sus cabellos rubios,
que no se acuerdan del cielo
desde que ella se la puso.
Lleva una falda de púrpura
que apenas le cubre el muslo,
y por vencer a la nieve
el blanco seno desnudo.
Un cinturón ciñe al talle
de diamantes y carbunclos,
pero brillan más sus ojos
y disimulan su lujo.
Entre sus trémulas alas
le trae el céfiro, confuso,
el melancólico canto
del pájaro moribundo.
Y embebecida, escuchando
aquel dulcísimo arrullo,
camina con pie tan leve,
que apenas encorva el musgo.
Separa con blanca mano
las ramas de los arbustos,
que por ser de ella tocados
se doblaron con orgullo.
Y al pie de una triste adelfa,
henchida de amargo jugo,
vio al ave de blancas plumas
tendida en lecho purpúreo.
Suspendida quedó Leda
ante aquel dolor profundo,
sintiendo su blanco pecho
taladrar arpón agudo;
avanzó, pues, impelida
por algún secreto impulso,
a su compasión extraña
rindiendo imprudente culto.
Tendió las trémulas manos
y entre sus brazos la tuvo;
¡ay de la princesa Leda,
hija del griego Gläuco!

- III -

Júpiter desde el Olimpo
vio aquel cuadro tierno y mudo,
y sintió al mirar a Leda
ansia de goces impuros.
Quiso reclinar la frente
en aquel seno desnudo,
y besar aquellos labios,
más rojos que los de Juno.
Y tal fue de su hermosura
el irresistible influjo,
que al ver al cisne en su pecho
celos del pájaro tuvo.
Súbito como el relámpago
abandonó el solio augusto,
envuelto en rápida nube,
que hasta Leda le condujo.
Y en átomos invisibles,
por un hábil subterfugio,
en las entrañas del cisne
sutilmente se introdujo.
Allí, del seno de Leda
en el templado refugio,
apuró Jove la copa
de los placeres impuros.
Pronto la inocente niña
probó de su engaño el fruto;
¡ay de la princesa Leda,
hija del griego Gläuco.


De "Hojas Secas: Poesía". 1870.


Alessandro Varotari detto il Padovanino. Leda e il cigno


Benito Más y Prat (Écija, 1846 - Écija, 1892) fue un poeta, periodista, autor costumbrista y dramaturgo andaluz. Hijo de unos comerciantes de origen catalán y padre del novelista José Mas, Benito vino por primera vez a Sevilla para trabajar como dependiente de comercio. Entonces dio a conocer su afición literaria al colaborar en los periódicos más importantes de la capital. Se introdujo en la vida literaria sevillana, trató a las mejores figuras de la cultura y del periodismo locales y dirigió al Ayuntamiento de Sevilla una petición para trabajar temporalmente en el Archivo Municipal, a lo que éste accedió. Fruto de esas nuevas relaciones conoció al propietario del Eco de Andalucía, don José Lamarque de Novoa, quien le confió la dirección del periódico en el que estuvo desde 1879 hasta 1890. En el Eco de Andalucía se publicaron sus obras poéticas Brisas del Genil, Hojas secas -de donde hemos extraido el poema-, y Nocturno, el drama La Cruz del hábito, y La Tierra de María Santísima, Fantasías, Estudios literarios, Estudios y bocetos y La Dama Blanca. También Mas y Prat colaboró en otras publicaciones como La Ilustración Española y Americana, La Ilustración Artística, La Ibérica, Bética y El Liceo Sevillano. En 1890 dejó de escribir por motivos de salud; diez años antes, la Academia de Bellas Letras le había premiado su composición La Feria de Sevilla.





1 comentario:

  1. buscando una imagen encontre un espacio al que pertenesco por el solo nombre que llevo. gracias por un espacio tan inesperado como grato.

    leda

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