domingo, 7 de junio de 2009

Emborrachándose con Leda


La palabra vino procede etimológicamente de la latina vinum y ésta, a su vez, de la griega οἶνος, que puede ser considerada como la raíz de la palabra sánscrita vana (amor) que también dio origen a las palabras Venus y Venera. Una relación semántica que hace referencia a los poderes afrodisíacos del vino.

El vino ha formado parte de la vida de los seres humanos desde tiempos en los que la memoria ya no alcanza. La alta sociedad occidental siempre lo ha considerado como elemento imprescindible de los grandes banquetes, de los hechos de importancia notable. No dudamos que Leda antes y después de yacer con Zeus compartió su copita con el dios... y no dudamos de la presencia de Venus, para potenciar la pasión y de Baco bendiciendo con su néctar...

Repasando la oferta vinícola mundial, podemos encontrar cuatro vinos de nombre Leda, que honran una vez más esta sagrada unión. Vinos para celebrar, para libar... Un poco más de la vida de estos vinos, en los que Leda, el cisne y Baco nos invitan a catar historia, mitología y vida:



Leda, viñas viejas, de Bodegas Leda, Valladolid (Castilla y León, España).
Vino de color rubí-granate muy intenso, con menisco vivo y brillante. Aroma de buena intensidad, con marcadas sensaciones de fruta negra muy madura (zarzamora), regaliz, ahumados y minerales (grafito), sobre un fondo de madera muy elegante. En boca muestra un cuerpo medio, pero es poderoso, con amplitud y riqueza de sabores y unos taninos muy vivos aún pero respaldados por la fruta, desembocando todo ello en un posgusto de notable persistencia.




Más de Leda, de Bodegas Leda, Valladolid (Castilla y León, España).
El color es un cereza medio, con buena transparencia en torno a un centro opaco. Aromas de florecillas tipo montecasino o verbena, de torta navideña de frutas y especias, ciruela y algo de zarzamora que me recuerda la Ribena. Jugoso en boca, con su fruta limpia que presenta una ligera nota de pasificación. Un tinto sencillo, mullido, con taninos suaves y acidez más bien baja.




Quinta da Leda Casa Ferreirinha, de Bodegas Sogrape Vinhos, Douro (Portugal).
Un vino Guinda picota muy intenso. Aroma de buena intensidad, con recuerdos de fruta roja bien madura, con un punto de monte bajo y una madera bien integrada. En boca es de cuerpo medio, con acidez correcta, fruta suficiente y un final correcto.



Vino orgánico Leda Swan, de Leda Swan Winery, en Baskerville, Western Australia. En el Valley Swan encontramos un enólogo enamorado de su arte. Fabrica casi de manera exclusiva las variedades Shizaz, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Chenin Blanc. Es un vino libre de herbicidas, pesticidas o abonos químicos. Naturalmente, la bella Leda desnuda invita a ser libada, cerca de su cisne...

6 comentarios:

  1. me preguntaba cuanto tiempo tardariamos en descubrirnos en el vino... el buen vino me refiero. Nos va quedando menos.

    Saludos Mariana. Great job.

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  2. Anónimo no comparto en nada tu opinión.
    Yo creo que ahora es que quedan Leda y el cisne para rato y en los lugares más inverosimiles posibles

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  3. Qué bueno, hasta en el vino!!! Ya me da miedo, de cualquier parte salta una Leda con su cisne.
    Por qué habrá tanto de Leda y su cisne en la cultura occidental? Por lo imposible de esa unión? por qué siempre tenemos que culpar a un Dios de todo? Por qué nos lleva a una edad dorada en la que los dioses deambulaban entre nosotros? por qué nos conecta con lo intangible, con lo imposible? Por qué todavía le buscamos explicación a que una mujer ponga un huevo? Yo también comparto la opinión de Claudia, creo que todavía hay más ledas y cisnes de los que suponemos.

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  4. Cuándo vas a entrar por la parte de la zoofilia?

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  5. Eso, eso vamos a lo duro, apoyo al anomimo anterior.

    Mariana me tienes enamorada...

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  6. ...una Leda zoofilica?

    me quedo a verlo.

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