Pagana
de Francisco Villaespesa
El cisne se acercó; trémula Leda
la mano hunde en la nieve del plumaje,
y se adormece el alma del paisaje
en un rojo crepúsculo de seda.
la mano hunde en la nieve del plumaje,
y se adormece el alma del paisaje
en un rojo crepúsculo de seda.
La onda azul, al morir, suspira queda;
gorjea un ruiseñor entre el ramaje,
y un toro, ebrio de amor, muge salvaje,
en la sombra nupcial de la arboleda.
Tendió el cisne la curva de su cuello,
y con el ala -cándido abanico acarició
los senos y el cabello...
Leda dio un grito, y se quedó extasiada...
Y el cisne levantó, rojo, su pico,
como triunfal insignia ensangrentada!
Sammy Chong
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