Leda y el gallo, de Astolfo Funes
Nuestra Leda ya erótica, ya infantil, ya ausente, ya distante, ya apasionada,... ahora se va con otros. Pero no podemos pensar mal de nuestra reina, elige nuevas compañias, pero seguramente en cada uno de esos otros (gallos o langosta, en próxima entrega revelaremos los otros), está el cambiante, el metamorfoseable, el inestable Zeus, aburrido de ser Cisne... Si ha sido lluvia dorada, toro, fuego divino... por qué no va a buscar más formas: en fin, Zeus cambia para amar más y de distintas maneras. Dejamos a Zeus siendo del mar y la tierra, gallinácea o crustáceo, pero siempre Zeus.
Leda y Gallo, Juan Miguel Suárez (2006)
Rapture, de Tabitha Vevers.
El cisne ha sido sustituido por una langosta
Lo que me gusta de esta entrada es el tono jocoso. Lo que sí queda bien claro es que siempre es Leda, aunque ande con otros que no son cisnes, pero si Zeus. Magnifico tu blog. Cuantas cosas no he descubierto hoy. Curioso y magnífico.
ResponderEliminarPor cierto querida Mariana, donde estan Jueves y Aledia (que no me creo eso de la muerte, vaya, muerte en una mujer que me imaginaba muy joven, no se, pero que va, no me lo creo, en quien se habrá metamorfoseado Aledia, que ya se que Jueves se nos cambia en Gemma)
ResponderEliminarSalud.
Era obvio pensar que nuestra Leda quedar, lo que se dice quedar no se iba a quedar con Zeus, ahora se distrae con un gallo, desde luego mañana sera con un palomo porqué lo bien cierto es que no es de nadie, al final ella siempre lo decia, tener, tener...tenia alas.
ResponderEliminarQuién era sino era Aledia.
Que delicia de Blog. Mariana.
A estas horas él sabe que yo soy su Leda y el mi cisne. No existe nadie más.
ResponderEliminarML
ML:
ResponderEliminarBienvenida la verdad sea a la hora que sea... Porque no somos dioses... ni diosas...