En un rincón del Parque
de Francisco A. de Icaza
Un grupo del cisne y Leda,
tras la marmórea explanada
del jardín. Una vereda
y un rincón envuelto en bruma
irisada,
donde el agua alegre rueda,
en artificio de espuma
y con crujido de seda
desatada...
La vista confusa queda
y no sabe, deslumbrada,
en la penumbra argentada
donde todo se difuma,
si el blanco cisne es de pluma,
si es de mármol la cascada,
o va a pasar arrastrada
deshecha en espuma
Leda
Francisco A de Icaza. (México 1863; Madrid 1925). Reconocido quijotista y diplomático mexicano, su vida estuvo asociada a Europa desde su juventud. Amigo de don Vicente Riva Palacio, quien, al ser nombrado ministro de México en España, lo llevó consigo como secretario. También fue diplomático en Alemania. Fue conocido primero como poeta y su obra aparece en todas las antologías de la poesía mexicana. Estéticamente lo sitúan entre los primeros modernistas mexicanos. Su obra poética comprende los siguientes libros: Efímeras (1892), Lejanía (1988), la canción del camino (1905) y el Cancionero de la vida honda y de la emoción fugitiva (1922); pero su verdadera vena se reveló al publicar ensayos sobre el siglo de oro español. Recibió numerosos honores académicos tanto en México (donde fue elegido miembro de la Academia Mexicana) como en España (donde ocupó sillones en la Academia Española de Historia y en la de Bellas Artes). En México fue uno de los impulsores y fundadores de la Academia Mexicana de la Historia. En el Boletín de la Real Academia Española publicó numerosos artículos y ensayos entre los que resaltan Las «Novelas ejemplares» de Cervantes (1901) y El Quijote durante tres siglos y el ensayo Lope de Vega. Sus amores y sus odios y otros estudios (1925), fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.
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