En 1865, el Consejero de Estado de Prusia, Heinrich von Stephan propuso la circulación de cartas oficiales sin sobre. No tuvo mayor repercusión y la idea se olvidó durante cuatro años. El 2 de julio de 1869 en el diario austriaco Neve Freir Presse el artículo titulado Nuevo medio de correspondencia postal, logró captar la atención del Director de Correos y Telégrafos de Viena, el barón Adolf Maly que promovió una ordenanza real en la que la idea era tomada en cuenta. Comienza oficialmente la historia de las tarjetas postales.
El uso de las tarjetas se extiende rápidamente por todos los países Europeos y por Estados Unidos. Hasta ese momento era de uso oficial y los gobiernos se reservaban su impresión, pero tanto éxito tuvieron que algunos particulares comenzaron a editar sus propias tarjetas (privadas) que, a diferencia de las oficiales, requerían de la adhesión de un sello para ser enviadas. Durante 1870 los impresores privados (alemanes, franceses y estadounidenses), logran que sus gobiernos liberen la actividad. A partir de allí la creatividad personal y el desarrollo tecnológico de los sistemas de impresión permitió la edición de tarjetas postales ilustradas con vistas de ciudades y paisajes.
Esas primeras postales eran de papel encartonado de forma rectangular y de desigual dimensiones. El anverso se reservaba para los sellos, nombre y dirección del destinatario, y el reverso para la comunicación, firma del remitente y, reducida a la mínima expresión, la ilustración. Por ello, si el mensaje era más largo se tomaba la imagen como espacio para escribir.
La edad de oro de las Tarjetas Postales va de 1900 a 1914. En1905 quedan atrás aquellos tiempos en los que nadie se interesaba, y comienza un verdadero auge entre el público y los impresores, quienes comenzaron a ser más osados en su diseños y, no sólo se interesaban por paisajes de grandes ciudades o puertos, ahora la novedad eran escenas cotidianas, armas, mariposas, reyes y un sin fin de ex caeteras (etc.) y entre esos, nuestra Leda, quien con su cisne o con muchos cisnes, vestida o desnuda, en fiestas paganas o recreaciones exactas de cualquiera de sus famosos cuadros, se convierte en sujeto de culto, uso y abuso de los impresores, turistas, familiares, amigos y coleccionistas.
Y gracias precisamente a los coleccionistas hemos encontrado múltiples y variadas tarjetas postales en las que el motivo principal es nuestro motivo: Leda y su Cisne... para cartófilos/as, ledófilos y cisnófilas.