Una ráfaga súbita: las magnas alas desplegadas
sobre la doncella vacilante, los muslos acariciados
por las negras palmas, en el cuello el pico preso;
indefensa y sujeta pecho contra pecho.
¿Cómo pueden esos frágiles dedos aterrados
defender los mansos muslos de la gloria alada?
Y ante ese blanco torrente, un cuerpo así tendido,
¿qué hace salvo sentir el palpitar desconocido?
Un espasmo en la entrepierna concibe
el muro caído, el techo y la torre ardiendo,
a Agamenón y su muerte.
Tan impotente,
tan rendida ante el brutal hijo del aire,
¿unió ella al recibirlos el saber y el poder
antes de que el indiferente pico la dejara caer?
William Butler Yeats (13 de junio de 1865 - Dublin-, 28 de enero de 1939 -Roquebrune-Cap-Martin, Francia), escritor, poeta y damaturgo, Premio Nobel en 1923, fue una de las figuras más representativas del renacimiento literario irlandés.
http://www.saltana.org/1/docar/0237.html
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No lo creo... Ni el saber, ni el poder... Solo el ser... Más preciso, el haber sido...
ResponderEliminar¿Cómo empezó todo? ¿Por qué Mariana este Blog?
ResponderEliminarque increíble diferencia entre este poema y la pintura de da vinci , de leda y el cisne
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por publicar esta maravilla!
ResponderEliminarExcepción que confirma la regla: la perfección existe, ¡hela aquí!
¡Muchísimas gracias por publicar esta maravilla!
ResponderEliminarExcepción que confirma la regla: la perfección existe, ¡hela aquí!
Exquisito poema!!! lo acabo de conocer (no soy muy asidua a la lectura de poemas) a través de una pelicula de ciencia ficción. IO
ResponderEliminarIgual yo.
EliminarVi la peli, y ello despertó mi curiosidad.
Gracias por la info.
Saludos desde Montevideo,
Uruguay.