Mi buen amigo Eduardo, investigador y, figuro, un enamorado de Leda nos ha dejado un par de muy buenos relatos. El primero, titulado Las inocentes víctimas de los caprichos divinos, nos presenta una visión relajada, sexy, picante y erótica en la que no es Zeus el que actúa, no es Zeus el propenso a ser capturado por la pasión, es Leda que lujuriosamente queda con más ganas de su Cisne-Dios.
Deveni presenta una divertida justificación para sus escritos: "Estas historias, salvo las menos felices, no han sido imaginadas por mí. Yo sólo les he dado una vuelta de tuerca, les he añadido un estrambote irreverente, alguna salsa un poco picante".
Nos gusta Deveni, escribe para su propia diversión. Felicito sus intenciones, nosotros también nos hemos divertido. Y hoy, para acompañar el texto, me busco a otro provocador, el pintor Jerome Bromfay. Vamos, que hoy es un día para provocar.
El Jardín de las Delicias
Por Marco Deveni. E.
Muy bien: Zeus se transforma en cisne.
El largo cuello flexible y sedoso se introduce en el sexo de Leda y picotea en el centro mismo del placer. Leda goza como dicen que gozaba Venus cuando la montó el caballo de Piritoo. Después el cisne desaparece.
¿Nadie se pregunta cuál fue el destino de aquella pobre muchacha?
Murió despedazada por cisnes rabiosos a los que pretendía obligar a que repitiesen la proeza del dios.
Jerome Bromfay
Para leer los irreverentes relatos de Deveni: aquí
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