sábado, 6 de agosto de 2011

Leda en el Hypnerotomachia Poliphili

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El Hypnerotomachia Poliphili o el Sueño de Polífico (Venecia, 1499) de Francesco Colonna está considerado una de las producciones más hermosas y enigmáticas de la historia. Se desconoce, por ejemplo, el nombre del artista que diseñó los grabados, la razón que impulsó al mecenas a sufragar la edición, o por qué Aldo Manuzio, el impresor, no dejó su nombre más que en el último folio, en una fe de erratas que falta en algunos ejemplares. A ello hay que unir su extraño lenguaje (escrita, casi a partes iguales, en lengua vulgar y en latín, con muchos neologismos y palabras inventadas por el autor) y su confuso contenido, que han propiciado las más estrafalarias interpretaciones.

La obra está compuesta por dos libros de extensión asimétrica, distinta técnica literaria y contenido aparentemente contradictorio, pese a que, sin duda, fueron escritos por la misma persona. En el primero, Polífilo, el protagonista de ambos, narra en primera persona un viaje en sueños a través de regiones y construcciones alegóricas de carácter amoroso. En el segundo, que se enmarca dentro de este sueño, el relato corre a cargo de su amada Polia, quien cuenta su historia de amor. Cuando la narración de la joven termina, Polífilo despierta.

La primera parte del libro (capítulos 1-24) es una novela alegórica, inscrita en el contexto de las visiones medievales, en la que se narra la ascensión espiritual del protagonista hasta la conquista del dominio de los sentidos, del libre albedrío y de la amada. Esta historia, simple en principio, está enmarañada por minuciosísimas descripciones anticuarias y por la morosidad en la exposición de los sentimientos de los protagonistas.

La segunda parte (capítulos 25-38) podría considerarse una novela costumbrista, si no fuera por su estilo: Polia aparece como una muchacha que se hace monja de Diana para cumplir un voto y que mantiene una lucha interior entre su deseo de no romper la promesa y su temor a que Cupido la castigue por hacer sufrir a su enamorado Polífilo. Finalmente, se compadece y se casa con él.

Uno de los sueños de Polífico hace referencia a nuestra Leda. La imagina amando a nuestro Cisne subida en un carro y sometida al escarnio de la exhibición pública.

Leda, siempre Leda.


Aunque el libro no trae ningún indicio claro sobre quién lo escribió, la crítica de los siglos XVIII y XIX fue prácticamente unánime al atribuir a un fraile veneciano, llamado Francesco Colonna, la paternidad del Sueño de Polífilo, salvo el erudito Domenico Gnoli, quien creyó que tras este nombre se ocultaba un humanista ilustre que quería conservar el anonimato. En nuestro siglo esta sospecha ha sido recogida por diferentes investigadores quienes, con argumentos de más o menos peso, proponen como autores, por ejemplo, a Felice Feliciano (1432-1480), León Battista Alberti (1404-1472) o Pico della Mirandola (1463-1494).

Curiosamente, uniendo las primeras letras de cada capítulo se lee: Poliam frater Franciscus Columna peramavit.

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