Constantin y Leda, sin cisne

Hoy 19 de febrero abrimos la página de inicio de google y nos sorprende la imagen de la obra de Constantin Brancusi haciendo la composición de las letras del nombre del conocido motor de búsqueda. Nos sorprende la coincidencia, pues allí está nuestra Leda, mínima y elegante, nos gusta especialmente y nos sirve de pretexto para presentar de la mano minimalista de este abstractamente impresionante artista rumano una de sus obras: Leda.

El doodle contiene:

Prometeo; Leda (1920)

el recién nacido (1920), musa dormida (1908)

Mademoiselle Pogany (1903),

ave en el espacio (1928), el beso (1907)

La simplicidad no

es un fin en el arte, pero llegamos a la simplicidad,

a pesar de nosotros mismos, a medida que nos acercamos al sentido real de las cosas”.

Leda (en mármol)

Constantin Brancusi nació en Rumania el 19 de febrero de 1876. Destacan en su biografía que aprendió a leer y escribir de manera autodidacta, además el arte de la talla en madera con la que se distraía en sus largas horas infantiles como pastor. De origen campesino, llegó a París a estudiar en la Escuela de Bellas Artes. En esa ciudad mantiene un gran vínculo de amistad con Libra de Ezra, Henri Pierre Roché, Apollinaire, Picasso, Marcel Duchamp, Henri Rousseau, Léger y el gran Rodin, con el que trabajó tan sólo dos meses, pues sostenía que nada podía crecer a la sombra de un gran árbol. Se nacionaliza francés. Maestro del Arte Abstracto, sus obras alcanzan la perfección de la simpleza, del decir mucho sólo fundamentándose en la esencia. Se inspira en la mitología primitiva europea, sobre todo en la rumana. La obra de arte simple es la magia que lo dice todo y lo puede todo. Se relacionó con el movimiento cubista por su interés en las formas básicas y desprecia lo accidental, lo descriptivo. Entre sus obras más conocidas están el pájaro, el huevo, el beso y la columna del infinito, ésta última fue donada a la ciudad de Târgu Jiu, Rumanía. Muere en París el 16 de marzo de 1957.