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Gustave Moreau dijo de su Leda que era la representación de una "inmaculada inocencia bajo la blancura divina". Indudablemente, la misma frase se la podemos aplicar a esta hermoso cuadro. Esta vez el mito se nos presenta virginal, puro, casto, con apenas un acercamiento, una mirada del cisne que parece sorprenderse ante las formas de la princesa, reposada, desnuda e inocente.
Su mirada perdida nos da curiosidad. ¿Qué mira la bella desnuda?, ¿en qué piensa?, ¿espera a alguien?, ¿espera la posesión divina? No, muy inocente su mirada, aunque su la posición de su cuerpo nos hace dudar: nada oculta ante la peligrosa presencia del Olímpico Cisne... pero quién podría sospechar que debajo de tan blanco cisne se encuentra el mismísimo Olímpico Zeus con toda su fuerza sexual desatada?
El cisne mete escándalo, baila, se mueve, posiblemente haga la danza del apareamiento. Leda está ausente, no se da cuenta del peligro celestial que busca su atención... La historia del cuadro nos deja en tensión...
Las formas de esta Leda desnuda me recuerdan algunas obras del rococó y sus influencias barrocas, fundamentalmente en el uso de las líneas curvas en el cuerpo de Leda y los colores suaves. Sin embargo, alejándonos de cualquier tecnicismo en la visión, este cuadro nos gusta por muchos motivos, primero la erótica presencia de esta Leda desnuda, cuya inocencia no matiza en nada su presencia erótica ...
No dudaríamos por un instante que la celestial, la divina, la nacida de dioses es Leda. Esta poderosa imagen de cuerpo de guitarra (parecido a un cuerpo caribeño), de grandes y poderosas caderas y piernas moldeadas por Afrodita y Palas -por la sensualidad y la fortaleza que de ellas emana-, más su pecho inmaculado y visiblemente duro (andamos en sinestesias) y pequeños pezones erectos nos dan idea de lo que se avecina. El Cisne lujurioso queda prendado y asido de tan magnifica imagen... y el Cisne, Zeus, Dios, todopoderosamente anhelante no vacilará en aceptar la dulce y no enviada invitación a la transgresión del cuerpo dulce, inocente y glorioso.
Curiosa descripción de un Moreau, interpretación osada por tu parte.
ResponderEliminarA mi esta Leda me parece aburrida y sin ganas de nada. Disculpen mi apreciación.
Feliz encuentro por inesperado desde luego.
Angelie trata de leer el cuadro de otra manera. Es una inocente sensualidad. Todo queda en la imaginación.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Marianita por el regreso.
Feliz con tu vuelta. Espero por todas