Para nosotros, buscadores de pistas, de coincidencias, de cuentos y leyendas, nos entristece siempre que damos con una historia de pérdidas o destrucción de aquellos cuadros clásicos de grandes artistas que han inmortalizado la historia de nuestros amantes favoritos: Leda y su Zeus.
Tres historias recordamos hoy de algunos cuadros de nuestras Ledas, todos entre llamas. El primero, el de Klimt, cuyo original fue destruido, accidentalmente, en mayo de 1945 en el incendio del Castillo Immendorf, en Austria (ya tratado en este blog)
Ningún investigador asegura que hayan sido pintadas por Leonardo, algunos opinan que nacieron del taller del artista pero no son de su propia mano, al menos dejó unos hermosos grabados. Lo que sigue en la leyenda es que en el siglo XV el original de Leda y el Cisne -el que sí pintó Leonardo- fue quemado (entre muchos otros cuadros) en Florencia, por orden del fanático religioso Girolamo Savonarola. Sin embargo, la copia que se conserva es tan perfecta que algunos la consideran como el ideal de la belleza femenina de la época.
La tercera historia es sobre otro de los grandes: Miguel Ángel: por encargo de Alfonso D´Este, el gran artista comienza una Leda y su Cisne y utiliza como modelo a Antonio Mini. En 1529 lo termina. Alfondo D´Este envía a alguien a recogerlo. A un comentario del mensajero (-es poca cosa- se cuenta que había dicho), ofendido el maestro se niega a entregarlo. Prefirió regalárselo a quien le sirvió de modelo: Antonio Mini. El cuadro continúa con vida y despertando admiración, hasta que en 1643, fecha en la que víctima de la intolerancia y la pacatería, es quemado en la corte francesa de Fountainbleau. La mala suerte de Miguel Ángel con respecto a la poca comprensión de su obra y la intolerancia clerical también se manifiesta cuando el 21 de enero de 1564 las autoridades del Vaticano deciden mandar a tapar, con unos trapos espantosos, los desnudos de la Capilla Sixtina.
Para alegría de nosotros, Francesco Brina, en 1575, hace una copia de Leda y el Cisne de Miguel Ángel, que es la que disfrutamos en la actualidad. Benditas sean por Zeus las manos de los alumnos de Leonardo, las manos de Brina y las copias de cuadros…