LEDA Y EL CISNE II
Evangelina Valdez
Leda en el lago, nadando... sumida en sus pensamientos.
Zeus, desde el Olimpo la está observando y se aferra a esa figura de mujer seductora...
desnuda... virginal.
Él es un dios pero con deseos de hombre, de macho cabrío...
no resiste la tentación y desciende...
y aparece como cisne de entre las aguas.
Empieza el ritual de apareamiento...
no puede dejar de hacerlo...
se siente un conquistador, el que avasalla a su presa indefensa... Leda.
Le hace el cortejo, le mueve el cuello...
se ve imponente en su blanquecina belleza...
hay porte y elegancia que la vista de Leda sucumbe frente a esta imagen.
El cisne emite sonidos, introduce su cuello varias veces en el agua...
cuánto desea él penetrar en otra caverna húmeda, selecta como la de su amada.
Se acerca... revolotea sus alas, coquetea...
la mujer está presa en el encanto de su cortejo.
Intenta el nado pero el cisne la alcanza y ella...
rendida se cubre el monte de venus con sus manos,
él con su pico las aparta y empieza a introducir su pico en aquellas aguas de néctar y fragancia.. ella se resiste a la caricia y él furioso la aletea con sus plumas blancas, la azota, la cansa...
picotea sus pechos buscando el maná de miel en sus botones rosáceos,
ella gime y contorsiona su cuerpo al contacto de las caricias logradas...
está húmeda en su caverna de labios gruesos como arrecifes de coral en espera del azote de las aguas del mar...
gime...
balbucea sonidos...
quejidos de placer...
abre sus piernas y dejar ver sus labios enrojecidos y humedecidos por la savia pasional que la envuelve.
El cisne penetra su tallo erecto en la hendidura estrecha...y rompe...
y desgarra el torrente de orgasmos que hace que los cuerpos vibren entre los espasmos consecuentes... multiorgásmicos...derramándose el caudal lechoso que culmina su acto.
ha vencido, la presa es sola suya y él está...
¡En su dominio!
Eugeniusz Gerlach